Una de las claves para convertirte en protagonista de tu vida es tomar conciencia de tu propia creatividad, pues cada uno/a de nosotros/as es creativo y luego desarrollarla y hacerla crecer.
¿Qué supone ser creativo?
Ser creativo es atrevernos a experimentar, ensayar, probar, examinar, comprobar, tantear, estudiar. A notar, percibir desde otros puntos de vista, de escucha, de maneras de sentir. También significa atreverse a jugar en vez de juzgar, es decir participar en vez de estar emitiendo juicios. Y sobre todo asumir la tensión que existe entre la libertad y la estructura, pues la creatividad nace de esa tensión, es algo natural y que puede servir nuestro propio beneficio.
En definitiva se trata de buscar nuevas soluciones, canales a unas dificultades como las que estamos viviendo.
Otra de las claves es tomar conciencia de tus fortalezas. Culturalmente se suele poner los focos en lo que se hace mal, está mal hecho y muy poco en lo que se nos da bien.
Es el momento de sacar la mejor versión de nosotros mismos, de poner la carne en el asador como se suele decir o ir a la excelencia que queda mejor. ¿Cómo se va? Reforzando lo que hacemos bien y no solo trabajando en las áreas de mejora.
Identificar lo que se te da bien es importante para convertirte en la mejor versión de ti mismo/a, en el mejor proyecto de ti mismo/a e imaginándote viendo lo que verías, escuchando lo que escucharías, sintiendo lo que sentirías desde esas fortalezas para convertir tus sueños en realidad.
Encontrando esas fortalezas y poniendo el foco, la atención en ellas, el desgaste interior se minimiza.
Y la tercera clave sería una buena gestión de la energía, de esa energía que necesitamos para impulsarnos, de esa fuerza que nos empuja a vivir.
El motor de cada pensamiento, emoción tiene un desgaste energético que puede ir a nuestro favor o en nuestra contra físicamente, emocionalmente o mentalmente.
Físicamente, se trata de dar la paz, tranquilidad, descanso, ejercicio, alimentación adecuada a nuestro cuerpo.
Emocionalmente, nuestra energía es limitada y si nuestras emociones de ira, tristeza y miedo se estancan eso no ayuda a poner la atención en nuestras acciones.
Mentalmente, se trata de observar que pensamientos tenemos, es decir ¿qué historias me monto?