Hay momentos en los que una nota está quemada y siente constantemente cansancio, incluso agotamiento. La sensación es de estar saturada y de llevar a menudo tu cuerpo y tu mente al límite. El cansancio y el agotamiento pueden acumularse hasta volverse omnipresentes en todos los aspectos de tu vida. Entonces, es posible que te des cuenta de que estás llegando a tu límite.
Reconozco algunos momentos especialmente difíciles en mi vida, en los que estuve al borde del colapso físico y mental. Uno de ellos fue después de haber dirigido el Roteiro de Creación en Santiago de Compostela durante cuatro años. El Roteiro de Creación fue un evento en el que participaron unos 100 artistas en su última edición, que abrían su taller al público o participaban en exposiciones y talleres. Fue una experiencia muy bonita, ya que participaron muchos espacios de la ciudad, pero también agotadora, tanto física, emocional como mentalmente. Y como los momentos difíciles no vienen solos, al finalizar el proyecto fallecieron varias personas de mi círculo familiar y empecé a trabajar en otra ciudad.
Como podrás imaginar, no solo estaba en duelo por lo que había sido el Roteiro de Creación, por mis familiares, sino también por mi estilo de vida. Lamentablemente, la situación no mejoró en ese trabajo, pero eso es otra historia que ya te contaré en otro momento.
Me di cuenta de que estaba sufriendo agotamiento profesional cuando me empezaron a zumbar los oídos; es decir, tenía acufenoss y, además, estaba susceptible a todo tipo de críticas y empecé a aislarme. Probé a ir al médico, pero una baja de unos días no solucionaba mucho y, además, no quería tomar medicación antidepresiva o para la ansiedad. Pensaba que era algo normal y que iría mejorando cuando ya no estuviera trabajando en ese lugar. Me engañé pensando que con un poco de descanso me ayudaría. Pensaba que era algo normal y que pasaría…
Pero nada más lejos de la realidad, seguí trabajando de manera inadecuada hasta que estallé y se me congeló un hombro; no fui a terapia. Con todo esto quiero decirte que sé de lo que hablo cuando se sufre agotamiento profesional. Menos mal que me dí cuenta de cómo me estaba tratando y empecé un proceso terapéutico.
¿Cómo reconocer el agotamiento profesional o el «burnout»?
Cuando una persona sufre agotamiento profesional, aparecen varios síntomas. Desgraciadamente, se trata de un problema que se ha desarrollado a lo largo de un periodo relativamente largo y podrías tener dificultades para reconocerlo o asociarlo a tu agotamiento actual e incluso confundirlo con la tan famosa astenia primaveral, ya que estamos entrando en la primavera.
Y es posible que no sepas identificar el momento en que ese cansancio se instaló en tu vida. Estas son algunas de las señales que deberían hacerte reflexionar:
- Dificultades para dormirte o para quedarte dormida.
- Sientes un cansancio intenso y omnipresente y eso te desespera.
- Te sientes triste y melancólico.
- Te olvidas con frecuencia dónde has dejado el móvil, las llaves o fechas importantes.
- Has perdido la confianza en ti y te desvalorizas.
- Los esfuerzos físicos sencillos te parecen enormes y tu cuerpo no responde a tus deseos.
- Falta de motivación
- Pérdida de deseo.
Pueden haber más señales, pero si reconoces algunas de ellas, te recomiendo que te pongas en contacto con un terapeuta para hablar sobre ello.
¿Cómo se desarrolla una terapia cuando estás quemada o agotada?
Durante las sesiones, trabajaré contigo para mejorar tu situación y eliminar las molestias del cansancio. Dialogaremos juntas sobre vuestros problemas físicos y emocionales, así como sobre el nivel de susceptibilidad, que es muy elevado en las personas agotadas.
Hablaremos de las diferentes maneras en que puedas reconocer el estrés en tu vida y de cómo gestionarlo.
Conversaremos contigo y te acompañaré a utilizar medios concretos para disminuir el estrés. Por ejemplo, te ayudaré a afirmarte, a tomar el tiempo para relajarte y decir “no” de vez en cuando.