Sobre la naturaleza y el arte de la atención plena o consciencia plena

El arte y naturaleza de la atención plena empieza por la consciencia

La consciencia es una capacidad humana nos es familiar desde siempre. Pero el modo “hacer” la ha eclipsado. La consciencia no procede por el análisis critico sino por conocimiento directo. Lo que se llama el modo “ser”.

Antes de ser pensamiento, las cosas son experimentadas directamente por nuestros sentidos. Somos capaz de sentir y de reaccionar directamente a cosas como una flor, coches o un viento gélido. Y de ser conscientes. Tenemos intuiciones. Entendemos las cosas no solo gracias a nuestro intelecto, sino también gracias a nuestro corazón y nuestros sentidos. Y podemos ser conscientes del hecho que pensamos. 

El modo “ser” es un modo de conocimiento completamente diferente del modo “hacer” y de los pensamientos que le acompañan.

Fluir como un rio, dejar pasar los pensamientos como si fueran nubes empujadas por el aire

No es mejor, sino que diferente. Pero este modo nos abre a otra manera de vivir nuestra vida y de entrar en relación con nuestras emociones, tensiones, ideas y cuerpo. Y esa capacidad ya la tenemos. Está algo desatendida y subdesarrollada.

El modo “ser” es el antídoto a los problemas que crea el modo “hacer”.

Cultivando el modo “ser”, podemos:

  • Salir de la cabeza y aprender a experimentar directamente el mundo, despejado del comentario perpetuo del pensamiento. Podemos sencillamente abrirnos a las infinitas posibilidades de bienestar que nos ofrece la vida.
  • Ver los pensamientos como acontecimientos mentales que van y vienen en el espíritu como nubes en el cielo. La idea de que no tenemos valor, somos indignas de amor et que no valemos puede por fin ser vista como es – una idea – y no como una verdad, lo que hará que sea más fácil rechazarla.
  • Empezar a vivir aquí y ahora, en el instante presente. Cuando dejamos de pensar en el pasado y de proyectarnos hacia el futuro, nos abrimos a ricas fuentes de información que antes pasábamos por alto, información que puede ayudarnos a evitar la espiral de la depresión y a enriquecer nuestras vidas.
  • Desconectar el piloto automático que está en nuestra cabeza. Una mejor conciencia de nosotros mismos, a través de nuestros sentidos, nuestras emociones, nuestra mente, puede ayudarnos a dirigir nuestras acciones en la dirección que queremos y resolver nuestros problemas.
  • Evitar la cascada de eventos mentales que nos empuja a la depresión. Al desarrollar nuestra conciencia, somos capaces de reconocer muy rápidamente los momentos en los que corremos el riesgo de caer en la depresión y aprendemos a no dejarnos arrastrar.
  • Dejar de querer cambiar de vida, con el pretexto de que en este momento no es agradable.Entonces comprenderemos que querer que las cosas sean diferentes de lo que son es el comienzo de la rumiación.

¿Qué es la atención plena?

La atención plena es la conciencia que se logra prestando atención deliberadamente, en el momento y sin juzgar, a las cosas tal como son.

A las cosas como son y no como nos gustaría que fueran, es pues la antítesis exacta de la rumiación mental la que mantiene y provoca los estados depresivos.

La atención plena es intencional. Cultivarla nos ayuda a ver mejor la realidad presente y las opciones disponibles para nosotros. La rumiación, por el contrario, es a menudo una reacción automática a lo que nos atrae.

La atención plena es una experiencia directamente enfocada en el presente. Cuando rumiamos, por otro lado, nuestra mente está ocupada con ideas y abstracciones que están muy lejos de una experiencia sensorial directa. La rumiación impulsa nuestros pensamientos hacia el pasado o el futuro.

La atención plena no juzga. Tiene esta virtud de hacernos ver las cosas como son en el momento presente y dejarlas ser como ya son. En la rumiación y el modo «hacer», por el contrario, la evaluación y el juicio son inevitables. Y juzgar (bueno o malo, positivo o negativo) implica para nosotros mismos o las cosas que nos rodean, teniendo en cuenta ciertos estándares preestablecidos. El hábito de juzgarnos con dureza muchas veces se esconde detrás de intentos de ayudarnos a vivir mejor y a ser mejores personas, pero, en realidad, este hábito de juzgarnos acaba actuando como un tirano irracional, imposible de satisfacer.

Entonces, se trata de aprender a detectar ese modo mental que nos bloquea cuando lo aplicamos, erróneamente, a nuestra persona ya nuestra vida afectiva.

Las sesiones que propongo consistirán en prácticas que nos permitan salir de este modo cuando no nos está haciendo ningún favor y pasar a otro modo.

Al volvernos capaces de permanecer en la atención plena, podremos explorar lo que sucede cuando dejamos que nuestras emociones vayan y vengan en la conciencia, en una actitud que no juzga y está teñida de compasión.

La práctica del mindfulness te enseña a cambiar al nodo “ser” para acoger con más serenidad tus emociones. Porque nuestras emociones no son enemigas, sino mensajes que nos reconectan de la forma más esencial e íntima con la aventura de la vida.

Para más información sobre las sesiones no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Bibliografia: Méditer pour ne plus déprimer, la pleine conscience, une méthode pour vivre mieux ( Mark Wiliams, John Teasdale, Zindel Segal, Jon Kabat-Zinn, Ed. Odile Jacob, 2009)

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